[+13] Venganza.
[+13] Venganza.
†Introducción†
Miromi es una chica de 22 años, su padre mató a su madre y luego se suicidó, su vida había retomado sentido, su hermana, Hiromi, fallece por intoxicación, todo se da por cerrado, pero Miromi sabe que Nanako, la enemiga de su hermana, tenía algo más que contar. Vive esta aventura en la que se mezcla suspense, misterio, acción y todo lo posible en esta trama en la que se cuentan los hechos que hizo Miromi en el plan de su Venganza.
†Capítulos†
†Capítulo 1: Heridas del Pasado†
Miromi es una chica de 22 años, su padre mató a su madre y luego se suicidó, su vida había retomado sentido, su hermana, Hiromi, fallece por intoxicación, todo se da por cerrado, pero Miromi sabe que Nanako, la enemiga de su hermana, tenía algo más que contar. Vive esta aventura en la que se mezcla suspense, misterio, acción y todo lo posible en esta trama en la que se cuentan los hechos que hizo Miromi en el plan de su Venganza.
†Capítulos†
†Capítulo 1: Heridas del Pasado†
- Spoiler:
Ya era de tarde, Miromi se sentó en una esquina de su casa, miraba su camisa blanca, aún con las manchas rojizas del aliento de la muerte, su camisa perdió el color blanquecino, pero mucho antes de que hubiera pasado el supuesto accidente, lo sabía, Ken sabía mucho sobre Nanako, pero no quería comentarlo, Nanako odiaba a su hermana, y lo planeó todo a la perfección, cada vez que a Miromi le pasaba este pensamiento por la cabeza, sentía lo mismo, odio, las lágrimas caían delicadamente por sus mejillas.
Siguió pensando en ese suceso, como su hermana, extrañamente, había fallecido por la ingestión de un medicamento, sí, conocía perfectamente que debía tomarlos por su enfermedad, pero Nanako se los había cambiado.
Siguió pensando más profundamente aún, el médico debería haberlo visto y comprobado, pero tampoco, el odio crecía cada vez más en su corazón. Se levantó y camino hasta la habitación, se sentó en la cama y sacó una cuchilla de afeitar, se la colocó en las venas, cerró los ojos, y a su cabeza vino la visión de cuando su padre, con el cuchillo ensangrentado en la mano, y su madre recostada en la bañera, con una puñalada en el estómago, recordó lo último que dijo su padre, la más típica frase:
-Déjame explicarte Miromi…-
Ella lo ignoró y siguió corriendo, después se enteró por su abuela que su padre se había colgado, y ahora su hermana, Hiromi, estaba muerta también, cada pensamiento, cada conexión de sus neuronas que le daba recuerdos de esos acontecimientos, hacía que crezca su odio y rabia en el interior, lanzó la cuchilla hacia la esquina de la habitación y rompió a llorar, recostó su cabeza suavemente contra la almohada, y en ese momento, surgió en su cabeza el plan que iba a llevar a cabo…
†Capítulo 2: Mentiras Peligrosas†
- Spoiler:
Despertó tranquilamente, llovía fuertemente, las gotas rozaban la ventana con ligeros golpecitos, Miromi se levantó, bajó a la cocina, preparó el té y se sentó, volvió a reflexionar, pensando si la envidia de Nanako había sido tan fuerte como para matar a su hermana, ¿Por qué Ken mentiría?, es lo que menos le cuadraba, Ken era el novio de la hermana, era imposible que éste ocultara algo si hubiera pasado, seguía reflexionando, a no ser, que tuviera una aventura con Nanako, y ésta hubiera decidido acabar con ella para quedarse con Ken… bebió un sorbo… miró hacia la ventana, esperando que pare, pero fue inútil, resopló y se acabó el té, se vistió, tomó su paraguas, y salió.
Llegó a la puerta de Nanako, no había movimiento fuera, dejó el paraguas, se estaba empapando pero no le importaba, entonces al ver la puerta del jardín, se quedó pálida, vio como Ken abrazaba a Nanako, de repente se miraron y besaron, la rabia volvió a brotar, una voz en su cabeza le decía:
-Hazlo, Hazlo, Hazlo-
Miromi lo ignoraba, pero no pudo contener las lágrimas, tras eso, vio como Ken la tiraba contra el suelo mientras le quitaba la camisa, después Nanako cerró la cortina, Miromi cayó al suelo, cualquier esperanza que contaba con la ayuda de Ken, se había esfumado, se apoyó en un muro, seguía llorando, pero no era sólo tristeza, se mezclaba con el odio, había pensado no hacer el plan pensado, pero tras las imágenes que acaba de ver, lo confirmó, lo haría.
Llegó a la casa, sentía el cuerpo pesado, cansado, sentía la voz continua, estaba llena de rabia, se sentó, sacó del cajón de la cocina un cuchillo, fue al desván y sacó una cuerda, entonces, un montón de fotos de Hiromi cayeron al suelo, se puso a verlas y descubrió algo, al leer una nota detrás de la foto que decía:
~Yo y Takuya, aunque detrás estén Azazki y Sakura, que me odian. ~
Lo tuvo claro desde ese momento, no era solo Nanako la implicada…
†Capítulo 3: Sentimientos contradictorios†- Spoiler:
- Miromi se levantó, se había quedado dormida mientras miraba la foto, aún seguía lloviendo, cada vez con más intensidad, la cabeza le daba vueltas, estornudó, se colocó el pelo y fue al baño, cuando salió, sentía el presentimiento de haber tenido una pesadilla, pero no puede escapar uno de la vida, y suspiró disgustada, en su vida, la muerte había metido mano en más de una ocasión, eso eran duros golpes para su autoestima, recordaba de pequeña cuando iba con Hiromi al río, a jugar con el agua y asar boniatos, su madre se los preparaba mientras ellas jugaban, recuerda las carreras hacia su madre para ver quién de las dos cogía el mejor boniato.
El recuerdo se esfumo de su cabeza a la velocidad de la luz, recordó otro día, pero este, en vez de mostrarle la sonrisa y tranquilidad del anterior, mostró la parte más oscura de su ser, el odio surgió de nuevo de su interior, el día en que, a sus 14 años, vio como su hermana conocía a Nanako, la que en el futuro sería su asesina, no había nada confirmado, pero su interior lo sabía, en lo más hondo de su ser, lo sabía, Nanako había asesinado a su hermana, pero en este recuerdo no todo fue odio, recordó a Takuya, el mejor amigo de su hermana, el mejor chico que había conocido, trataba a su hermana como ninguno antes la trató, porque Ken, aunque ella sabía que él la quería, siempre estaban discutiendo, y desde que Hiromi cayó enferma, Miromi sabía que Ken tenía una relación con alguien, al margen de la de su hermana.
Miromi dejó los recuerdos, la rabia se había centrado en el centro de su corazón, el odio rodeaba lo demás, la felicidad se había evaporado de su corazón, sólo tenía una cosa en mente, venganza, aunque ella sabía que no era el camino correcto, no era la opción adecuada, lo tenía claro, venganza, y todo se explicaba por un sentimiento, por algo que ella pensaba que le iba a suceder, porque no tenía a su padre, no tenía a su madre y ahora, Hiromi ha muerto, el sentimiento futuro que ella creía, era, la soledad.
Empezó a reconstruir los hechos, Hiromi estaba enferma, pero los medicamentos le habían permitido al menos, hacer vida normal, pero aún seguía medicada, tenía que tomar la medicación por la mañana, al mediodía y por la noche, Nanako debe haber aprovechado en la mañana, para cambiársela, Hiromi cogió el coche, la recogió a Miromi, y cuando iban por la calle, Hiromi se quedó paralizada, lo siguiente que recuerda es el choque, ver los cortes en sus manos y en la cabeza, y su camisa ensangrentada por el trozo de poste que atravesó a Hiromi, se quedó paralizada, y salió del coche como pudo, llegó a su casa, se puso algo en los cortes y se quedó en la esquina de la habitación, callada.
La muerte de su hermana, había sido más traumática aún que la de su madre, pero no era momento para empezar en situaciones traumáticas, su plan tenía que comenzar, debería hablar primero con Takuya, el siempre estaba con su hermana, sabía donde vivía, al día siguiente iría a su casa a charlar, si es que lo encontraba, siguió sentada en la esquina, no comió, ni bebió nada, pasaban las horas y horas, no se movía, hasta que le llegó un mensaje que la alarmó:
-He descubierto algo, Hiromi no murió accidentalmente y en un descuido, alguien lo planeó, ven a mi casa mañana a las 8, te espero-
~Takuya~
Miromi durmió 2 horas esa noche, solo pensaba en ese mensaje, a las 7 y 30, ya estaba preparada en la puerta saliendo, la lluvia no había parado aún, cogió el paraguas, llegó a la casa de Takuya, la puerta estaba abierta, entró, llamaba y llamaba, gritando el nombre de Takuya, pero nadie respondía, cuando corrió la cortina de la habitación, empalideció, se le puso la piel de gallina, tembló, Takuya yacía con la espalda contra la pared sentado, una mancha grande de sangre, se situaba detrás de él, cuando se acerco, vio un orificio de bala en su frente, en ese momento, se desmayó…
†Capítulo 4: Atando Cabos†- Spoiler:
- Miromi se despertó en una camilla del hospital, estaba tapada en una habitación blanquecina, que aunque estuviera llena de especialistas, se podía oler el olor cercano de la muerte, así como la locura y la paranoia, el odio se sentía a gusto aquí, ya que no remitía, la rabia se había calmado, no recordaba nada, sólo la potente lluvia helada, el aire moviendo suavemente sus pelos, el frío en el cuerpo, y nada más, sentía el cuerpo caliente, tenía bolsas de agua caliente en los pies, y en los lados de la manta, le dolía la cabeza, se había resfriado.
La cabeza le daba vueltas, había pasado una mala noche, estaba dando vueltas a todo para recordar lo que había pasado, cuando de pronto, como por arte de magia, en su cabeza brotaron las imágenes, Takuya apoyado en la pared, con un disparo limpio en la frente, palideció, se intentó levantar, pero el cuerpo se lo impedía, le dolían todos los huesos, se acostó, pensando, en que Nanako se le había adelantado, no sabía cómo, pero sabía que ella también asesinó a Takuya.
Se dispuso a hacer lo que tenía planeado, Ken sabía que Nanako lo había hecho y había pasado del tema, así que él también pagaría, pero primero iba a ver como Nanako recibía de su propia moneda. A los dos días, salió del hospital, había mejorado considerablemente, ya no se dolía, y fue a casa de Nanako, tenía un buen plan, y nada haría que él fallase. Entró a la casa de Nanako, esta la recibió con la total modestia, la falsa modestia de siempre, y la atendió muy amablemente, -zorra de mierda- pensó Miromi, le sirvió un té y hablaron, cuando Nanako fue a llevar los vasos a la cocina, Miromi introdujo la mano en un cajón y retiró el teléfono móvil de Nanako, cuando volvió ésta, ya el móvil estaba bien guardado en el bolso de Miromi, ésta se despidió cordialmente y salió, Nanako le dio un abrazo y dos besos, -no me toques, puta- pensaba Miromi, pero se lo calló.
Sonrió de camino a casa, la primera parte de su plan había funcionado a la perfección, Nanako, no había notado la falta de su móvil, y ella ya estaba llegando a casa, dentro de unos días, pagarían por su traición. Entró a la casa, dejó el bolso en la mesita, se desvistió y dejó la ropa en una esquina del baño, se dio un baño caliente y relajador, aunque no hay técnica que consiguiera que ese odio y rabia que sentía se fuera, lo que le extrañaba, es porque en el hospital ese sentimiento había desaparecido, se recostó un poco más en la bañera, soltando un gran suspiro…
†Capítulo 5: “Comienzo de lo pensado”†
†Capítulo 6: “Algo Inesperado”†
- Spoiler:
- Miromi supo desde que se levantó que hoy era el gran día, en el cajón de su mesilla se hallaba el móvil de Nanako, apagado, esperando a que empiece lo planeado, aguardando sin noción del tiempo, allí inerte, extrañamente, Miromi se encontraba exactamente igual que el móvil, o peor pensaba, sacó del cajón el cuchillo, después la pistola, sí, tenía una pistola.
La historia de cómo la había conseguido era la siguiente, hacía 4 años, había ido a la tienda de Lin, una chica del pueblo, era la época en la cual Miromi estaba entrenando en Kick-Boxing en un gimnasio local, había sufrido un robo en la calle una vez, y por eso se apuntó, pero lo dejó en 1 año después de que consiga la pistola.
Estaba comprando tranquilamente la compra de la semana, cuando de repente, un chico fornido y de carácter fuerte había irrumpido en la tienda y atracado, a mano armada, a Lin, amenazó a Miromi con la pistola, ésta estaba asustada, pero cuando el atracador se dio la vuelta, para darle indicaciones a Lin sobre el dinero, Miromi reaccionó y cogió uno de los brazos del hombre, con un giro rápido y preciso hizo que se escuchara un crujido con un chasquido, le rompió el brazo, después cuando el hombre gritó, Miromi aplicó un codazo en la cara, rompiéndole la nariz, después de esto, le dio un rodillazo en las costillas y lo tiró al suelo, le quitó la pistola, pagó y se fue, desde ese momento, nadie le reclamó la pistola, y ahora la usaría con una buena causa, la venganza de su hermana.
Se destapó y se levantó, tomó el móvil, se vistió, estaba muy provocativa, necesitaba hablar con Hitoshi, era la única opción, Hitoshi era el mejor amigo de Ken, pero era un pervertido, y necesitaba algo más que las palabras para convencerle de que le diga si sabe algo de Nanako que le haya contado Ken, por eso se había vestido para la ocasión. Salió por la puerta y en un ratito llegó a casa de Hitoshi, entró, y Hitoshi le sirvió té, bebió despacio pensando que si hace esto es solo por su hermana, le preguntó a Hitoshi:
-¿Ken te ha contado algo sobre la repentina muerte de mi hermana? Algo extraño me refiero-
-¿Qué dices Miromi?-
Puesto que no estaba dispuesto a hablar, Miromi dijo:
-Tendré que convencerte-
Se subió a la mesa y saltó encima de Hitoshi, le empezó a besar, a la vez que se quitaba la camisa, esto le dolía más que cualquier cosa, era asqueroso, pero tenía que llevar a cabo su plan, después estaría tranquila.
Empezó a desabrocharse la falda, se la bajó, Hitoshi, que era un aprovechado, le quitó el sujetador, mientras él se quitaba la camisa, se concentró en su hermana, así podía distraerse de esa situación, empezó a tocarla, las lágrimas casi se le saltaban, la penetró durante media hora, cuando terminaron, Miromi le dijo:
-Y bien, ¿me puedes dar información?-
-Tu método me ha servido a la perfección, he recuperado la memoria, Ken dijo algo de que Nanako había encontrado unas medicinas mortales, y no se que del vaso de la mañana a Hiromi, no le estaba escuchando, sólo entendí eso- respondió-
Miromi ni si quiera se despidió, salió corriendo, mientras enviaba el siguiente mensaje a Ken desde el móvil de Nanako:
-Hola, te quiero ver en la construcción abandonada cerca del centro comercial, tengo ganas de estar contigo a escondidas, como cuando uno es niño, te espero allí, dime la hora y el sitio si te parece bien-
Puso esto último para que parezca que Ken le responde a Nanako, entró en casa de Nanako, y merendando juntas, dejó el móvil en una zona del salón, cuando de repente, sonó con la respuesta deseada, Miromi soltó un suspiro, y sonrió maléficamente, el odio estaba más vivo que nunca, pero ya no le molestaba, sino que le aliviaba, porque dentro de poco desaparecería, cuando vea el cadáver de Nanako y Ken a sus pies, sí, cuando vea eso, es cuando estará tranquilamente feliz, y para eso, para su satisfacción, faltaba poco…
†Capítulo 6: “Algo Inesperado”†
- Spoiler:
- Miromi sabía que ya era la hora de salir, cogió la pistola, el cuchillo, y un bolso, fue al sitio indicado, se escondió, vio como llegaban los dos, se besaron, Miromi salió de su escondite y les dijo:
-Es así como quería encontraros-
-¿¡Qué haces tú aquí!?- exclamaron-
-Eso no importa, pagaréis por lo que habéis hecho, idiotas- dijo Miromi-
-¿De qué coño hablas Miromi?- dijo Nanako-
-¡Tú cállate zorra!, eres una asesina, lo sé- dijo al tiempo que sacaba la pistola-
-Hey Miromi, yo no he hecho nada, no soy una asesina- dijo Nanako-
-Vale, da igual, lo haré de todos modos- dijo fríamente-
Y según dijo la última sílaba de esa palabra apretó el gatillo, dando un tiro certero en la cabeza a Nanako, que cayó desplomada, inerte, sin vida, un disparo limpio bastó para tal cosa, pero cuando apuntó a Ken, éste echó a reír, soltó varias carcajadas, y dijo:
-Me lo suponía, ingenua, me acabas de ahorrar un trabajo, iba a matarla, igual que hice con tu hermana, sí, yo la maté, me tenía harto, era un trasto de carga, enferma, no me daba cariño, tenía que estar siempre a su lado, pues le ahorré más sufrimiento, un cambio de medicinas, un paralizador corporal, y ya, lo que el plan no me salió del todo bien, tú también deberías haber muerto en el accidente, Nanako, era un objeto, era el señuelo perfecto, para alguien tan ansiosa de venganza como tú, la has matado en vano, jajajajaja - dijo y sacó una pistola del pantalón-
Miromi miró el cuerpo inerte de Nanako, un charco de sangre ya lo bañaba, rompió a llorar, no se lo podía creer, tanto odio acumulado, para nada, había descargado el arma en vano, cuando iba a hablar escuchó el disparo, miró su cuerpo, una mancha de sangre cerca de los pulmones, era tarde, Ken le había disparado, miró hacia él estaba firme sonriendo, cuando estaba confiado, Miromi hizo uso de su último esfuerzo, y disparó a Ken, dando en el cuello, se desplomó, Miromi se arrodilló, le salía sangre por la boca, apoyó las manos en el suelo, vio que Ken hacia un último esfuerzo para reaccionar, pero no podía, y se quedo inmóvil, había muerto, al verlo caer, el odio desapareció pensó en Hiromi, dijo:
-Ya está hecho hermanita-
Y se cayó al suelo, miró hacia el techo de las obras, miró hacia Nanako, miró hacia Ken, y cerró los ojos…
†Capítulo 7: "Final, un encuentro"†
- Spoiler:
Miromi se sentía en algún sitio, miro hacia los lados, un blanco interminable bañaba la habitación, lo sabía, había muerto, miró a un lado y vio a Hiromi, que la abrazó, rompió a llorar, abrazó fuerte a su hermana, todo había terminado, murmuró –lo hice, podemos irnos- Hiromi sonrió, y se desvaneció en el aire, Miromi se miró, vio como su cuerpo empezaba a también desaparecer, sonrío, ahora estaría eternamente con su hermana, cuando miró hacia donde se había desvanecido Hiromi, vio a su padre y a su madre, junto con ella, cerró los ojos, y todo terminó.
FIN.
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